Ya no sé escribir más en tercera persona. Es un descubrimiento que ha llegado a mí por sorpresa y al que observo en estos momentos con incrédula estupefacción (y diría que, también, con un odio infinito).
No sé escribir más en tercera persona y no sé a qué es debido. Tendría que poder seguir escribiendo como quisiera y acertar con el tono y no parecer una de esas redactoras de revista femenina o de blog exitoso para jovencitas que trabajan en oficinas, escrito desde el tercer mundo. Pero no puedo.
Ayer a la noche casi mato de aburrimiento a Xavi explicándole lo que me sucede. (más…)